"La Rana Viajera" - читать интересную книгу автора (Camba_Julio)

pertenecen a la categorнa genial. Yo mismo, en mi pequeснsima escala,
їquй duda cabe de que tambiйn soy un genio? Y esta literatura de genios
en chico viene a ser algo asн como un grupo de tullidos que, a la puerta
de una iglesia, le pidiesen dinero al pъblico mostrбndole sus diversas
monstruosidades.

Cuando, en algъn escaparate, yo veo un libro mнo entre los libros de
otros autores espaсoles, tengo la sensaciуn de encontrarme en una sala
de hospital esperando, con mis compaсeros de dolor, la visita de alguna
seсora vieja que no sepa en quй matar el tiempo. La literatura espaсola,
en efecto, no es mбs que una serie de enfermedades, debidas,
generalmente, a trastornos sexuales o a defectos de nutriciуn. El uno
estб enfermo del hнgado. Al otro se le forman бcidos en el estуmago.
Este se encuentra amagado de parбlisis general progresiva y tiene
delirio de grandezas. Aquйl padece del bazo... Hay escritor que perderнa
todo su interйs en cuanto se le aplicasen unas cuantas inyecciones de
algъn producto mбs o menos alemбn, o en cuanto se le sometiese a un buen
rйgimen alimenticio. Y, en realidad, este ъltimo caso ya se ha dado
varias veces. їCuбntos muchachos que comenzaron haciendo cosas
interesantes no se volvieron idiotas tan pronto como se los llamу a un
buen periуdico y se les dio un buen sueldo? Los directores no se
explicaban la causa, y, sin embargo, era una causa muy fбcil de
comprender: esos muchachos nunca habнan tenido talento. Lo que habнan
tenido era hambre. Con el estуmago normalizado, quedaban al nivel del
mбs vulgar empleado de Hacienda...

ЎCosa terrible esta de ser un pequeсo monstruo y de darse cuenta de
ello! ЎHorrenda cosa la de saber que nuestra genialidad puede tratarse
mйdicamente como un flemуn o como una enfermedad de los riсones!... Pero
hay algo peor aъn en nuestra literatura: los aprensivos, esto es, los
enfermos de enfermedades imaginarias, que, siendo perfectamente tontos,
se creen atacados de genialidad...




XVIII

UNA TEMPESTAD EN UNA TAZA DE TE


«Un distinguido escritor--decнa yo en _El Sol_--se queja de que los
espaсoles hayamos adoptado la costumbre inglesa de ponerle una hache al
te.» A esto contesta el Sr. Salaverrнa afirmando que yo miento, porque
йl no ha dicho nunca que los espaсoles hubiйsemos adoptado semejante
costumbre. Y he aquн por dуnde vengo a enterarme de que el Sr.
Salaverrнa lo ha dicho.

Yo no he nombrado al Sr. Salaverrнa, no he dado ninguna de sus seсas
personales ni he reproducido ningъn pбrrafo suyo. Y si el Sr. Salaverrнa