"La Rana Viajera" - читать интересную книгу автора (Camba_Julio)principio no reconocemos exactamente a nuestro paнs, no lo encontramos
del todo igual al recuerdo que tenнamos de йl. їEs que Espaсa ha cambiado? Es, mбs bien, que la miramos desde otro punto de vista y con unos ojos algo distintos a como la mirбbamos antes. Los espaсoles, por ejemplo, їquй duda cabe de que no han disminuido de estatura? Sin embargo, ahora nos parecen pequeснsimos. Hombres muy pequeсos, bigotes muy anchos, voces muy roncas... --їPor quй estбn tan enfadados estos hombres tan pequeсos?--me pregunta un extranjero que ha sido compaсero mнo de viaje. Yo le explico a duras penas que no se trata de un enfado momentбneo, sino de una actitud general ante la vida. Mi compaсero se esfuerza en comprender. --ЎAh, vamos!--exclama, por ъltimo--. Es que los espaсoles no tienen dinero... Y, aunque esta explicaciуn de la psicologнa nacional me resulta excesivamente americana, yo, obligado a hacer una sнntesis, la acepto sin grandes escrъpulos. --Sн. Es eso, principalmente... --De modo que si nosotros metiйsemos aquн algunos millones de dуlares, --Yo creo que sн. Creo que estas voces бsperas se irнan suavizando poco a poco y que las mesas de los cafйs no recibirнan tantos puсetazos. Creo, en fin, que cambiarнan ustedes el alma espaсola. Siempre, naturalmente, que los millones no se quedaran todos en algunos bolsillos particulares... Hay muy poco dinero en Espaсa. Poco y malo. El primer tendero a quien le doy un duro lo coge y lo arroja diferentes veces sobre el mostrador con una violencia terrible. Yo hago votos para que, si no es de plata, sea, por lo menos, de un metal muy sуlido, porque, si no, el tendero me lo romperб. La prueba resulta bien; pero al tendero no le basta. Con un ojo escudriсador y terrible que parece salirse de su уrbita examina detenidamente las dos caras del duro. Luego vuelve a sacudirlo y, por ъltimo, lo muerde. Lo muerde con tal furia que debe de mellarlo. Y el duro triunfa. Espaсa es el paнs del mundo en donde un duro tiene mбs importancia. Claro que el gesto de coger un duro y echarlo a rodar despectivamente sobre la mesa para que el camarero lo recoja es un gesto muy espaсol; pero ese gesto no le quita prestigio al duro, sino que se lo aсade. --He aquн un duro--parece decir el hombre que va a echarlo a rodar--. їConciben ustedes nada mбs grande que un duro? Si yo no tuviera un alma |
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